Otra de las diferencias importantes entre los proyectos tradicionales y scrum es el concepto de done (terminado). En el caso de proyectos tradicionales, el proyecto no está terminado hasta la entrega final que puede llevar meses e incluso años. Eso puede generar que en el caso de proyectos grandes, que una vez que se entregue el desarrollo, ya esté obsoleto, porque haya cambiado el negocio, as leyes o las necesidades del cliente.

En el caso de proyectos ágiles, las entregas se van realizando de forma continua, de forma que en cada iteración se realice una entrega de producto completa y totalmente operativa, de forma que se puede operar casi desde el inicio del proyecto, y como la metodología Scrum permite, si hay que hacer modificaciones por necesidades o cambios operativos, se pueden realizar desde el principio del proyecto. Asimismo, permite priorizar los entregables por necesidades o prioridades del negocio, lo que hace que se alcance una productividad mayor.

Las metodologías tradicionales están enfocadas en las actividades (especificación, diseño, implementación,…) de forma que en cada ciclo de producción se contemplan todas las características a desarrollar del software. Eso hace que el entregable se produce al final del ciclo completo.
Sin embargo, con Scrum, el foco es en las características a desarrollar, de forma que se identifica una característica y se realizan las actividades (especificación, diseño, implementación,…) para cada una de ellas, lo que hace que se genere un entregable por cada característica o funcionalidad, teniendo entregables de forma continua.
